Libertad Para Todos

La libertad es el espíritu de lo que conocemos como Estados Unidos: un faro de esperanza para personas de todo el mundo que viven en sociedades oprimidas, privadas de la oportunidad de prosperar bajo la constante amenaza de violencia económica o física. Sin embargo, Estados Unidos debe liderar con el ejemplo al admitir sus deficiencias, reformar sus instituciones sistémicamente racistas, clasistas y sexistas, y trabajar para proteger las libertades personales de todos los estadounidenses siempre que sea posible. Por mucho tiempo nos hemos quedado cortos de este ideal. Por eso, para consagrar libertades personales duraderas y autonomía corporal para todos los estadounidenses, debemos realizar cambios masivos en cómo opera el Senado de Estados Unidos, seguidos de inversiones generacionales y equitativas en vivienda, educación, atención médica y resiliencia climática que fomenten que la libertad florezca. Debemos fortalecer estos cimientos de la democracia estadounidense, revitalizando nuestro gobierno para el pueblo y por el pueblo – y así poder proteger nuestras libertades para las próximas generaciones. Y sólo podremos tener la oportunidad de lograr el éxito en esta misión si sacamos de la escena a los ejecutivos codiciosos, los intereses especiales y los políticos corruptos.

Exijamos Justicia Racial 

Millones de californianos han vivido en carne propia cómo las leyes de nuestra nación se aplican de manera diferente según el color de su piel. Todos podemos observar cómo nuestras instituciones y gobierno parecen funcionar mejor para aquellos que son ricos o blancos (o ambos). Esta larga y dolorosa historia de la política estadounidense se remonta a 400 años al pecado original de la esclavitud en América. Es una historia que nunca debemos olvidar, con muchos problemas aún por resolver. Es por eso que podemos comenzar reescribiendo nuestras leyes para abordar, de frente, las injusticias sistémicas que dejan atrás a las comunidades negras, marrones, así como asiátic-americanas, nativos de Hawaiana y de Islas del Pacífico (AANHPI). Podemos nivelar el campo de juego buscando equidad y diversidad en nuestras instituciones públicas, fomentando la propiedad de viviendas y pequeños negocios minoritarios, invirtiendo en oportunidades educativas y manteniéndonos firmes contra el odio y la discriminación.

Reformemos Nuestro Distorsionado Sistema de Justicia Penal 

Los intereses especiales corporativos impulsan desigualdades extremas en nuestro sistema de justicia penal – el cual de por sí es profundamente defectuoso – arrebatándole a innumerables estadounidenses de sus vidas y su sustento. Nuestros tribunales y policías son donde la supervisión gubernamental se convierte literalmente en una cuestión de vida o muerte. Demasiados políticos aún ignoran esta área, opuestos a proporcionar revisiones veraces a las políticas de aplicación de la ley. Por eso, estoy presionando para frenar la violencia policial aumentando la transparencia en los registros y presupuestos policiales, eliminando la inmunidad calificada, reformando la formación policial y creando una base de datos nacional de agentes que hayan utilizado fuerza excesiva para prohibir su contratación. También me opongo firmemente a la militarización policial y he pedido repetidamente un mayor escrutinio sobre cómo el Departamento de Defensa gasta sus recursos, incluyendo las transferencias de equipos militares a agencias de aplicación de la ley a nivel estatal y local. ¿Cuántas personas más en nuestras comunidades negras y marrones deben morir antes de que actuemos contra la brutalidad policiaca?

También debemos eliminar todas las prisiones privadas con fines de lucro, derogar la desastrosa Ley de Delitos de 1994 y también despenalizar y reprogramar el cannabis, y simultáneamente debemos reducir, y preferentemente eliminar, los registros de aquellos que fueron condenados por delitos menores relacionados con el cannabis. 

Respetemos los Derechos de los Pueblos Indígenas 

Durante décadas, la cuestión de los derechos indígenas ha sido ignorada por los políticos en Washington, a menudo en beneficio de industrias codiciosas como las Grandes Petroleras. Durante milenios, los indígenas de nuestra región han sido guardianes de la tierra que ahora llamamos California, hogar de cientos de tribus. Debemos respetar los derechos y la soberanía de las tribus de California. Siempre respetaré la relación de gobierno a gobierno entre nuestras naciones y ayudaré a las tribus a lograr su autosuficiencia económica. Las comunidades tribales en California a menudo enfrentan grandes disparidades en salud, vivienda, educación y oportunidades económicas, y eso debe terminar. Las tribus de California están en la primera línea de la epidemia de opioides, que ha perjudicado desproporcionadamente a las comunidades indígenas. También debemos destacar la epidemia de desapariciones de mujeres y niñas indígenas, cuyas vidas han sido ignoradas y menospreciadas por las comunidades blancas durante generaciones. Finalmente, debemos tratar estas desapariciones como la crisis que es, aumentando los fondos federales para empoderar a las tribus para que se protejan a sí mismas, al tiempo que mejoramos drásticamente la coordinación entre las agencias de aplicación de la ley locales, estatales y federales. 

Prioricemos la Justicia Económica 

Década tras década, Washington ha promovido una economía que empodera a Wall Street, no a los trabajadores. Muchos californianos – especialmente en comunidades de color – trabajan en dos, a veces tres empleos y apenas pueden mantener un techo sobre sus cabezas o comida en sus mesas. Debemos abordar este problema rompiendo el control que las codiciosas corporaciones tienen sobre nuestro gobierno. Y el momento de hacerlo es ahora. Estamos enfrentando cambios industriales monumentales – desde el auge de la inteligencia artificial hasta la transición hacia la energía limpia – que podrían empeorar aún más la desigualdad de ingresos. No podemos permitir que las mismas comunidades que han quedado rezagadas década tras década se deslicen nuevamente porque Washington estuvo una vez más demasiado enfocado en ganarse a Wall Street.

Luchemos por la Justicia Ambiental

Conozco el manual de los intereses especiales: las corporaciones codiciosas a menudo ponen la mira en comunidades que creen carentes de los recursos necesarios para defenderse. Este abuso existe a lo largo y ancho de California, desde el Inland Empire, que tiene una de las peores contaminaciones del aire en la nación, hasta comunidades vulnerables por todo el sur de California plagadas de antiguos pozos petroleros sin sellar, abandonados por compañías de combustibles fósiles. El gobierno federal debe responsabilizar a los contaminadores por sus infracciones de racismo ambiental. También debemos priorizar recursos para apoyar a comunidades vulnerables en la primera línea.

Prioridades

  1. Renovemos el Senado
  2. Démosle Más Poder a los Trabajadores
  3. Vivienda y de Personas Sin Hogar
  4. Inmigración
  5. Integridad de la Economía
  6. Crisis Climática
  7. Medicare para Todos
  8. Educación
  9. Veteranos
  10. Cuidado Infantil
  11. Estadounidenses de la Tercera Edad
  12. Libertad Para Todos
  13. Seguridad Pública
  14. Derechos de discapacidad
  15. Libertad Reproductiva
  16. Derechos LGBTQIA+
  17. Líder mundial